Tenía que terminar así.
la suerte estaba ya hechada,
desde el día que te vi,
mientras caminabas
por la calle estrecha
aquella mañana.
Y fui tras de ti
sin pensar en nada.
Y te di mi vida,
mi amor y confianza.
Te amé como nadie
había que te amara.
Cuanto yo tenía
puse en la balanza.
Mas en esta apuesta
para mi desgracia,
Yo, lo aposté todo . . . .
y me quedé sin nada.
Siempre habrá un nuevo amanecer.
Siempre habrá una nueva oportunidad.
Siempre habrá nuevos retos que vencer.
Siempre habrá . alguien . a quien amar.
Siempre habrá una nueva oportunidad.
Siempre habrá nuevos retos que vencer.
Siempre habrá . alguien . a quien amar.
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